Las cargas
largas están formadas por piezas de extremada longitud unidas mediante flejes
para formar así una unidad de carga. Estas unidades de carga generalmente se
caracterizan por ser bastante pesadas, pudiendo ser su almacenamiento en:
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Almacenaje
directo. Se realiza sin utilizar plataforma de apoyo, colocándose las
cargas en el suelo sobre unos tacos para poder introducir y sacar las
horquillas de las carretillas elevadoras. Con este sistema se pueden almacenar
mercancías que, por su resistencia, pueden soportar el apilamiento de unas
sobre otras, como tablones, chapas metálicas, tableros de madera, paneles, etc.
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Almacenaje en
estanterías. Se realiza cuando las cargas son muy flexibles, por ejemplo
tubos, o de alto valor, teniendo lugar su almacenamiento en el interior del
almacén sobre una instalación más rígida que impide que se doblen o deformen.
Las estanterías más adecuadas para almacenar cargas largas son las denominadas estanterías
en cantilever, formadas por una estructura central resistente sobre la
que se fijan fuertemente unas ménsulas o brazos en los que se deposita la
mercancía. Se pueden encontrar estanterías en cantilever doble, cuando tienen
brazos a ambos lados de la estructura permitiendo su carga por las dos caras, y
estanterías en cantilever simple, sujetas a la pared y que sólo pueden ser
cargadas por la única cara con brazos.
El medio mecánico que se utiliza
para manejar cargas largas es la carretilla elevadora, pero su manejo presenta
grandes dificultades, ya sea por cuestiones de inestabilidad o por la anchura
de los pasillos requerida. No obstante, se puede llegar a soluciones
satisfactorias utilizando, según los casos, carretillas de carga frontal o
lateral.
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